En buena hora, una nueva tendencia llegó a los diseños de empaques de productos. Hoy no solo se exige que sean atractivos y originales, sino también accesibles. ¿Cómo pensar un packaging inclusivo? Te lo contamos a continuación.
Los mercados están en proceso de transformación y la mirada sobre cómo se diseñan los productos y sus envases también. En el pasado, el foco de la marca estaba sobre su producto pero hoy hemos corrido la mirada para conocer más al consumidor y sus necesidades.
¿De qué se trata esto? Ya no prima tanto la receta mágica de gaseosa sino la atención que este producto le brinde a cada cliente y el vínculo que pueda establecer con él.
De la mano de los usos innovadores y ecológicos, también se estudia que el packaging sea adecuado para personas con capacidades diferentes. Por ejemplo, personas con movilidad reducida suelen luchar contra envases de apertura complicada y descartar una lata por el simple hecho de la dificultad que acarrea acceder a través de ella al producto.
Para señalar un caso concreto, en los últimos años empezamos a encontrar en las góndolas de las grandes cadenas de supermercados gran variedad de frutas y verduras pre-cocidas. ¿Lo habías notado?
Pese a la angustia de los defensores de los alimentos frescos, la realidad es que a muchas personas, principalmente de la tercera edad, les resulta complicado mantener dietas balanceadas por el trabajo que requiere lavar y pelar los alimentos, por lo cual esta solución ha tenido una buena aceptación.
En la misma sintonía, la firma Innocent recientemente expandió su gama de envases y se alejó de las cajas de cartón tradicionales con tapas pequeñas de tornillo y cuerpos rectangulares difíciles de manejar. En su reemplazo, desarrollaron un envase más ergonómico que permite un manejo más fácil.
Esto implicó una tapa mucho más grande que se agarra con toda la mano en lugar de tomarla por los extremos con un par de dedos que hacen que la fuerza necesaria sea menor.
Tan importante es la accesibilidad del packaging para personas con capacidades diferentes que se contemplan por los estándares de calidad. La norma ISO 11156: 2011, de Empaquetado y Diseño proporciona un marco para envases que contemplan las posibles distintas capacidades físicas y sensoriales de los usuarios a fin de asegurar en virtud de las distintas capacidades ya sea visual, auditiva, motora o cognitiva, pero también por ancianos, discapacitados temporales y público en general.
Cada una de las consideraciones o recomendaciones de diseño de la norma se basa en principios necesarios para aumentar el acceso al diseño de packaging tanto en el embalaje como la información, identificación, manipulación, apertura, eliminación de contenidos, almacenamiento, separación y eliminación.
El diseño de un packaging inclusivo es un preocupación mundial porque permite a todos usarlos acceder de forma segura, cómoda y con satisfacción a los productos que desean, independientemente de la edad que tengan las personas, la capacidad perceptivo, cognitiva, el nivel de funcionamiento físico, el idioma y la cultura.
