La rapidez y la eficiencia son claves para el éxito de los diseñadores. Por eso, es ideal que cumplan con una secuencia para crear un logotipo que cumpla con las expectativas del cliente. Para saber cuáles son los pasos a seguir, continúa leyendo este artículo.
Primer paso: Conocer las necesidades del cliente
Lo primero que debe hacer un diseñador es recaudar la mayor cantidad de información sobre el cliente. El logo es el elemento que marca la imagen de la empresa por eso es de suma importancia.
Las principales preguntas que se deberían hacer al cliente en la primera entrevista son:
- ¿Cuáles son los valores de su empresa?
- ¿Cuál es el público al que va dirigida?
- ¿Qué estilo de publicidad estuvo trabajando el negocio últimamente?
- ¿Tiene alguna imagen que identifique a su empresa?
Segundo paso: crear bocetos
Una de las formas más comunes de comenzar a preparar bocetos es hacer una lista en papel de palabras que identifiquen al cliente. No se debe pensar demasiado, sólo escribir aquello que se pase por la mente. Algunas de esas palabras, generarán imágenes visuales y de ahí se podrá comenzar a preparar los borradores.
Tercer paso: creación del logo
Para algunos diseñadores es más fácil comenzar en papel y luego utilizar la computadora. Otros, directamente empiezan a crear desde el material digital.
- En primer lugar, se experimenta con colores y tipografías hasta que se llega a una idea.
- Teniendo la lista presente, se puede armar diseños que incidan sobre una sola palabra o muchas para transmitir más ideas.
- Generalmente, se trabaja en tres conceptos: sólo tipografía, sólo imagen, y una combinación de ambas. Para más detalles sobre lo elementos que debe contener, te recomendamos que leas esta nota.
Cuarto paso: presentación del logotipo
Lo primero que debe decidir el profesional es cuál es su mejor trabajo para cumplir las necesidades del cliente y para incluir en su muestrario, ya que debe lucirse para atraer nuevos clientes. Cada logo creado siguiendo el paso a paso debe presentarse en su máxima calidad.
Las piezas presentadas deben responder a las siguientes preguntas:
- ¿Cumplen los logotipos con los objetivos del cliente?
- ¿Van dirigidos al público especificado por la empresa?
- ¿Podrán ser reproducidos en una gran variedad de soportes y materiales?
En definitiva, el logo es la identidad de cualquier empresa, por eso es ideal trabajarlo minuciosamente y transmitir el mensaje correcto.